Los antipatarios o corales negros son un orden de cnidarios antozoos. Deben su nombre al color de su esqueleto, de naturaleza proteica y crecimiento lento, muy valorado en joyería durante los últimos siglos.
Las colonias están formadas por diferentes pólipos de pequeño tamaño, de morfología similar a las anemonas, aunque sin musculatura interna. Estos pólipos son los responsables de secretar las sustancias que componen el esqueleto, generando capas concéntricas construyendo estructuras con gran desarrollo espacial.
Entre las especies más extendidas en el territorio español se encuentra Antipathes wollastoni, un coral negro de porte considerable que genera en las Islas Canarias impresionantes bosques muy ricos en especies. Sus pólipos son de color pardo y se extienden profusamente por sus ramas, dando un aspecto aparente de conífera.
En 2007, desde la Fundación Museo del Mar de Ceuta, publicábamos la primera cita sobre la existencia de esta especie en el Mediterráneo (Ocaña, Opresko & Brito, 2007), describiendo una serie de colonias detectadas en Ceuta.
En los últimos años, gracias al apoyo económico del MITECO y a los consejos recibidos por los buceadores locales, especialmente el Centro de Buceo Burbujas, hemos continuado estudiando las poblaciones de esta especie en Ceuta, donde parece generar bosquetes entre los 45 y los 80 metros de profundidad.
La historia natural de esta especie en Ceuta ha debido ser convulsa, pues parece tratarse de un taxón acantonado y no de una recolonización tras la apertura del Estrecho, pudiendo tratarse en sí de una especie criptica aún por describir. Esto tiene más peso aún teniendo en cuenta los datos que conocemos actualmente sobre la presencia de estos animales en las Islas Chafarinas.
Por otro lado, recientemente hemos sido testigos de la presencia de otra especie de estos animales en el entorno ceutí. Se trata de Antipathes subpinnata, un coral negro con colonias muy ramificadas y pólipos de menor tamaño de un color blanco intenso, lo que les proporciona un aspecto de bosque nevado.
Aunque su presencia ya estaba descrita en otros puntos del Mar de Alborán y el Mediterráneo, los datos que empezamos a recabar sobre las poblaciones de Ceuta son de especial interés para comprender los cambios naturales que ha sufrido el medio marino.
Así mismo, dada su sensibilidad ante las perturbaciones, estas especies constituyen grandes bioindicadores del Cambio Global, poniendo de manifiesto los diferentes impactos de origen antrópico que sufren los entornos submarinos.